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MINIMALISMO

¿QUÉ ES VERDADERAMENTE NECESARIO?


Cierra los ojos e imagínate en una habitación totalmente vacía, solo estás tú, en desnudez total, nadie te observa... Respira y sonríe por el aire que entra a tus pulmones con cada inhalar y exhalar. Toma importancia en el exhalar y mientras liberas el aire, trata de soltar todo lo que te rodea, deja los sonidos estar, pero no te aferres a ellos, déjalos libres... sigue contemplando esa habitación vacía y poco a poco empieza a llenarla con aquello que consideras lo más importante. ¿Son personas, elementos de la naturaleza, comida, cosas materiales?, tómate tu tiempo...


El minimalismo tiende a asociarse con la arquitectura, el diseño, la moda, la música, pero también se puede aplicar al estilo de vida. Y es que, según lo definen Joshua Fields y Ryan Nicodemus (The minimalists), el minimalismo es una herramienta para deshacerte de los excesos de la vida a favor de enfocarte en lo que es importante, para que puedas encontrar la felicidad, la realización y la libertad, “No hay reglas. Más bien, el minimalismo es despojar las cosas innecesarias en tu vida para poder enfocarse en lo que es importante”.


MENOS ES MÁS.

La decoración de casa se vuelve más significativa cuando tú mism@ haces tus adornos. Este es nuestro centro de sala, con arena y un árbol de amatista de Uruguay puesto en un plato de cerámica al que le dimos uso.

El primer paso para el minimalismo es deshacerse de lo que creemos que son “posesiones”, cosas que no le aportan valor a nuestra vida, cosas que acumulamos sin sentido (ropa, muebles, regalos, invitaciones, cd’s, cosméticos, utensilios de cocina, eso que guardas “por si acaso” y sabes bien de lo que hablo). Al buscar despojarnos de esas “cosas”, nos encontraremos en un ejercicio que poco a poco nos hará darnos cuenta de un montón de beneficios, como alivio en las finanzas, menos estrés, más foco en lo importante y comenzaremos a descubrir nuestras más profundas pasiones, teniendo más tiempo para compartir con amigos y familia, incluso nos hará valorar más lo que sí queremos "tener". Entre menos cosas tengamos, más conscientes somos de lo que sí tenemos, de lo que necesitamos, nos enfocamos menos en las carencias, y tenemos más claridad de pensamiento para hacer más. Tener menos es hacer más.


Es en realidad un acto de rebeldía contra el sistema. Un sistema en donde las grandes compañías gastan millones en anuncios para mostrarnos sus “beneficiosos” e innovadores productos, un sistema que cada vez nos acerca a nuevas comodidades, al alcance de un clic, con formas de pagos y créditos, un sistema basado en modas, tendencias, un mundo de redes que conoce y sabe demasiado de nuestros gustos y preferencias, donde todo es una competencia por tener lo último, donde nos fijan estándares de belleza y de comportamiento, donde se nos crean necesidades que inmediatamente tienen un remedio. Al final todas esas acciones nos llevan a una sola... COMPRAR MÁS COSAS.


Ser minimalista no es tener restricciones o limitaciones, es tener y hacer lo esencial para suplir lo que necesitas y lo que en verdad te hace feliz... y, sí, todo comienza con lo material. Si quieres (y puedes) comprar una bicicleta de Q.20,000, cómprala (después de una evaluación de tus prioridades y finanzas) pero antes investiga, revisa si le aporta un gran valor a tu calidad y experiencia de vida, piensa para que la quieres (tal vez quieres ahorrar en combustible, mejorar tu condición física, reducir tus emisiones de carbono, etc), piensa como la vas a usar, si todos los “extras”, los materiales, la construcción, el origen y si todos esos detalles realmente son valiosos, porque de pronto es preferible la inversión en algo funcional y duradero, más que en una bicicleta que se te va a arruinar en 1 año (no sé mucho de bicicletas, pero creo que el punto queda claro), y si al final te decides, entonces ya tu vida no gira en torno al dinero, sino al valor que le agregas a través de una adquisición y la idea es que no veas a ese producto como una "posesión" sino un artículo que le aporta valor a tu vida. No es solo limitarse a un NO absoluto, es tomar decisiones más conscientes basadas no solo en lo que queremos sino en lo que necesitamos para vivir BIEN, sin sobrepasarse por el “bien” de los demás y sin dejarse llevar por los anuncios de Instagram personalizados solo para nosotros.



ECO-MINIMALISMO

Nuestro comedor

Ahora sí, llendo más allá de lo material, de las cosas que acumulamos, de tener menos y el valor que esto aporta, quizá la principal consecuencia de una vida minimalista es la consciencia ambiental que se desarrolla en el ejercicio de darnos cuenta de lo que tenemos. Porque entramos en un ejercicio de evaluar el “por qué” en principio tenemos, usamos o hacemos “algo”; por qué usamos tenedores, por qué tenemos muebles, de donde viene la madera, el cemento de mi casa, a donde va el plástico de mis botellas o empaques, por qué echamos nuestros desperdicios en el agua, por qué envolvemos nuestros regalos, por qué tenemos tanta ropa (donde hacen mi ropa) etc, etc... Esas preguntas despiertan la razón de ser y nos hace indagar en el origen de todas las cosas y la huella que dejamos a través de esas adquisiciones, automáticamente eso nos lleva a no querer acumular, para no tener luego que generar desperdicio, basura y comenzar a rehusar, reparar, reciclar y ante todo REDUCIR (minimalismo).


Vivir con menos también es usar menos elementos y ser más conscientes de nuestro entorno y deber con EN la naturaleza. Y al final hacernos conscientes de que siempre fuimos y seremos parte de este planeta vivo, orienta todas nuestras acciones hacia una vida automáticamente más saludable, de respeto a toda forma de vida, más pacífica y de menos “cosas”. Al alcanzar este punto, ya las ofertas no nos alcanzarán, no le encontraremos sentido a tener “duplicados” (varias cosas de lo mismo), a querer una casa inmensa, un carro lujoso, ropa “de marca” o a la moda, a perseguir el dinero solo por tenerlo o “por si acaso”, ya la vida no girará en torno a la riqueza financiera sino a la riqueza de la experiencia de vida de tenernos y compartir; la vida comienza a girar en torno al valor de las cosas que (sí) tenemos, de las acciones que emprendemos, de los sueños que forjamos y de la persona que queremos ser y queremos que sean quienes están a nuestro alrededor.

Otra forma de vida es posible, nuestros antepasados ya lo han hecho, generaciones anteriores a la nuestra han vivido de formas simples, sin acumular “cosas”, sin comodidades que no son realmente sustanciales. Es posible regresar a lo básico.


Esta ha sido oficialmente la primera entrada en este blog sobre ideas divergentes, minimalismo y vida sostenible, si deseas seguir leyendo y recibir más contenido para una vida sostenible, comparte en tus redes y suscríbete para recibir notificaciones de todo el contenido que se viene.

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